
Entre las sombras de la noche,
dos seres a la pasión entregados,
poco antes desconocidos,
ahora ocasionales compañeros.
Ávido hombre ardiente,
mujer consumida en la hoguera,
habitación entre llamaradas,
gemidos musicando el ambiente.
Bajo las sabanas,
danzando frenéticos,
amándose sin amor,
dándose sin pudor.
La fiesta acaba,
cada cual su camino toma,
en la puerta las caras se olvidan,
a sus mundos regresan.
El piensa,fue genial,
ella,satisfecha suspira,
saciaron sus deseos,
son aves de paso
Magda Lluna
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