El frío de la soledad
mi cuerpo recorre
añorando tu fuego
anhelando sentirte.
Sin ti, la noche es eterna
escucho el canto de la luna
tararea una bella poesía
aquella que escribimos entre risas y caricias.
La necesidad de ti
oprime mi alma
vibro pensando
tus manos mágicas.
Mi vida era un mar en calma
Hasta tu llegada
despertaste en mi
el oleaje de la pasión dormida.
Eres el faro que ilumina mis pasos
la brújula que me impide naufragar
mi capitán en el velero del amor
el que inventa para mi mil fantasías.
Magda Lluna
©Derechos reservados