En soledad paseando,
junto al mar,
por el olor a sal hipnotizada,
escuchando el dulce canto del oleaje.
Una gaviota,
a lo lejos roza las nubes,
como caricia de amantes,
al besarse en la boca.
Las gotitas de lluvia,
resbalan por mi cara,
cual lágrimas repentinas,
al recordar tu ausencia.
La arena,
bajo mis pies descalzos,
comienza a humedecerse,
entorpeciendo mi caminar.
Cuanta tristeza en este bello paisaje,
mezclada con la mía,
en mi mente,
los pensamientos oscurecen.
El sonido del agua enfurece,
tornándose como gritos desesperados,
de un alma torturada,
suplicando ayuda.
No puedo seguir en este lugar,
de repente,
sentí pavor,
mi corazón se aceleró.
El miedo de mi se apoderó,
no se por que,
una horrible sensación,
mi cuerpo recorrió.
De nada sirve huir,
mis miedos van conmigo,
esos fantasmas debo superar,
para mi vida reconstruir.
Magda Lluna
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