Llorosa y confundida,
va calle abajo,
su amado la engañó,
con otra a su cita acudió.
Por el llanto ensordecida,
por las lágrimas cegada,
incapaz de pensar,
por el despecho se deja llevar.
Un maduro enamorado,
matrimonio le propuso,
sin pensarlo acetó,
su vida le entregó.
Con el paso del tiempo,
se siente feliz,
en un paraiso vive,
el buen hombre un cielo erigue.
Aunque a su esposo no amó,
el lo hacia por los dos,
sabiendola de otro enamorada,
del que la causo tanto dolor.
Magda Luna
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