Apareciste como agua de Mayo,
conocerte fue un regalo,
mis heridas recientes,
con tu presencia sanaste.
Oxigenaste mi vida,
triste y solitaria,
con tu luz,
mi corazón avivaste.
Por la playa paseando,
como dos niños jugando,
risas,besos,mimos,
de nuevo, sonreí.
Mi mundo,pintaste de azul,
era tan feliz,
sin pensar que aquello podía acabar,
pero el destino así lo escribió.
Aquella fatal mañana de Otoño,
la fría muerte de mi te apartó,
desgarrándome el corazón,
sumiéndome en mas profunda tristeza.
Al llegar la primavera,
el renacer de las rosas,
el canto de los pájaros,
me recuerdan a ti.
Miro al cielo,
entre las nubes veo tu cara,
regalándome tu sonrisa,
susurrando 'te quiero'.
Magda Lluna
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