Distanciados por la rutina,
ya no caminábamos de la mano,
por la senda de la vida.
En nuestra casa reinaba la paz,
pero el hastío la dejo vacía,
cada cual en su pequeño planeta.
Aquella noche de fiesta,
con viejos compañeros,
nos reencontramos.
Tu brazo rodeo mi talle,
en mi corazón,
tintineaban cascabeles.
Esa radiante sonrisa,
cual sol de verano,
cálida y alegre.
Nuestras miradas,
chisporroteando después de tanto tiempo,
estremeciéndome como hoja al viento.
Un 'te quiero',
casi olvidado,
dulcemente susurrado al odio.
Al roce de tu aliento,
una brisa suave sentí,
la caricia de un ángel.
Liberamos aquel gran amor,
oculto en un cajón,
para que no se perdiera.
Nuevamente,caminamos al lado del otro,
como si el tiempo retrocediera,
enamorándonos con mas fuerza.
Magda lluna
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