
Te reconocí de otras vidas
aunque tu rostro era diferente
recordé tu forma de amar
la paz que me sabías dar.
Al cruzarse nuestras miradas
una estrella con fuerza brillaba
mi cuerpo estremecido de añoranza
Sintiendote en los mas profundo del alma.
Nos cogimos de la mano
sin decirnos una palabra
comenzamos a caminar
fue el reencuentro de un amor eterno.
Magda Lluna
©Derechos reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario