Feliz lo contempla
se siente tan amada
no imagina la realidad
sus sueños duermen en otra cama.
Él no lo buscó
aquella mujer le deslumbró
cuatro risas y en un instante…
entre sus brazos perdió la cordura.
Cauteloso ante esa doble vida
una es la serenidad
la otra una dulce locura
la dueña de su alegría.
Silencioso reflexiona
quizás un día les diga adiós
prefiere llorar en soledad
antes que causarles dolor.
Magda Lluna
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